martes, 25 de septiembre de 2012

Introducción al Tarot

Se denomina TAROT a una determinada baraja de cartas con la que se puede jugar pero, sobre todo, adivinar el futuro

Algunas teorías creen que el Tarot como tal tiene su origen en Italia en el siglo XIV, y que estaba inspirado en juegos de cartas parecidos que ya existían mucho antes, en China o en la India. Suponen que desde Italia pasó a Francia y de ahí al resto de Europa.

Sin embargo, para otros el Tarot fue introducido en Europa por los gitanos que provenían de Asia Central. Otros eruditos opinan que el Tarot nace en la Edad Media como fusión de varios símbolos y antiguas filosofías: los naibis, la numerología, la cábala y la simbología de la astrología. En España, concretamente, debió llegar en el siglo XIV.

La etimología del Tarot es tan controvertida como su origen y existen muchas versiones distintas. Unos dicen que proviene del hebreo, otros del chino, del griego, del árabe o del latín. Otras teorías sitúan su origen en la cábala o incluso en la cultura fenicia.

Como ven, las conjeturas son muchas y variadas. Posiblemente algunas tengan razón, pero lo que es seguro es que toda la simbología de la que van cargadas estas cartas proviene de religiones, filosofías y culturas muy antiguas. Este hecho demuestra que desde siempre los sabios han estado interesados en los métodos adivinatorios de las cartas.

Existen varios tipos de Tarot distintos: el Gringonneur o baraja de Carlos V, el de Yale, el de Colleoni, el de Brera o Brambilla, el de Magtegna, el de Minchiate (Florencia), el de Etteila, el de Visconti-Sforza, el de Marsella, el Egipcio, el Alquimístico, el Gitano, el de París, el Alemán, el Clásico (1880 Piamonte, Italia), el de Besançon, el de Dalí, el Erótico...

De todos ellos el Tarot de Marsella es el más utilizado en el mundo. Nació en Francia en el siglo XV y principios del XVI y varía un poco del italiano. En Francia cambiaron los 4 palos de la baraja italiana (oros, copas, espadas y bastos) por diamantes, corazones, picas y tréboles respectivamente (de ahí derivaría posteriormente el juego del Póquer). De éste nacieron los Tarots de Etteilla y los tarots satíricos.

Con el Tarot de Marsella se puede jugar a las cartas -de hecho se hacía-, aunque su fin primordial es el adivinatorio.

El Tarot está formado por 78 cartas divididas en los Arcanos Mayores y los Arcanos Menores. La lectura del Tarot puede hacerse con los Arcanos Mayores solos o con ambos juntos.

Los Arcanos Mayores son 22 cartas, en las que está representado el universo desde su creación y el mundo terrenal hasta el mundo espiritual. En su conjunto, representan al universo y están divididas en 3 grupos: las cartas del conocimiento, las de la acción y las de la emoción. Dicho de otra manera, representan los 3 planos: material, espiritual y anímico.

Los Arcanos Menores son 56, los triunfos o naipes, como los de una baraja española: desde el As hasta el X, la Sota o Valet, la Reina y el Rey.

Las cartas del Tarot están llenas de simbología de todo tipo. Aparte del significado que cada figura representada en cada carta, intervienen otro tipo de símbolos: numerología, el significado de los colores, la lectura de los gestos y las posiciones de las figuras y los elementos. 


Cada carta tiene su significado, pero además siempre estará condicionada por las cartas que la rodean para poder sacar una conclusión. Todas las cartas pueden ser positivas o negativas, dependerá de su posición en la tirada.

En resumidas cuentas, el mundo del tarot es amplio y muy complejo, y solamente los expertos conocedores y maestros en este ancestral arte pueden estar cerca de percibir lo que las cartas muestran. Como gustaba de decir una gran tarotista, cualquiera puede echar las cartas, pero no todo el mundo puede interpretarlas correctamente.

En próximas entregas: las distintas tiradas del tarot.

No hay comentarios:

Publicar un comentario