La palabra Ángel se deriva del griego Angelos, que significa
“mensajero”, del sánscrito Angiras que
se refería a un ser divino y espiritual, y del persa Angaros que quiere
decir: “mensajero o enlace”. Son
mensajeros. Enlaces entre Dios y los
seres humanos.
Cuando nos referimos a un Ángel estamos hablando de un ser
espiritual puro y a su divino oficio. Si nos referimos a su naturaleza pura les
llamamos “Seres de Luz”. Ellos ven las cosas totalmente diferentes a
nosotros, porque han salido del espacio tridimensional en el que habitamos,
como seres con materia física.
No están limitados como nosotros, tienen el don de la
ubicuidad y los sentidos espirituales despiertos. Por eso hay quienes por medio
de la meditación, en sueños o alguna otra práctica se entra en contacto con el
mundo espiritual y un claro ejemplo también es la oración (son los mensajeros).
Son nuestra guía, nuestros hermanos mayores, son los que ven
por nosotros, que somos los pequeños, los hermanos menores a los que con
ternura observan. Claro, muchos dudan de su existencia, como no se pueden ver
fácilmente, no lo creen, pero recordemos que no estamos solos y sino
inténtenlo.
Somos seres en evolución, en búsqueda de regreso a nuestro
punto de origen. Ellos simplemente lo que hacen es estar al pendiente de que
sigamos en nuestra senda para cumplir nuestra parte en ésta gran maqueta
llamada vida.
Los angeles no necesitan una materia como la nuestra, ellos
son luz pura y están encargados de que logremos ser igual que ellos: luz pura, o sea ser ángeles
en algún momento. Pero por el momento debemos aprender a tener control de
nuestra materia, cumplir con nuestro papel que cada uno tiene para subir al
siguiente escalón evolutivo que por ley divina nos pertenece.
Aunque hay que recordar que tenemos nuestro libre albedrío,
donde somos seres libres y responsables de nuestros actos pudiendo subir o
caer, o sea que no estamos tan limitados. Ya lo dijo el Maestro Cristo: “en
verdad os digo, cuanto atareis en la tierra será atado en el cielo y cuanto
desatareis en la tierra será desatado en el cielo”. Mateo 18:18
Recuerdo que hace 10 ó 20 años atrás, casi nadie hablaba de
ángeles o mejor dicho no eran tan común como lo es el día de hoy. Ahora uno
entra a cualquier tienda, restaurante, consultorio, casa particular y uno se
encuentra con alguna imagen, libro o la estampita de estos seres celestiales.
Hoy en día es más común escuchar que alguien hable sobre los ángeles y habemos
quienes los aplicamos hasta en terapias.
Pero mis preguntas han sido, dónde se quedó todo eso, cómo
fue que se diluyó o se olvidó con el tiempo, o no se olvido tal vez. Pero lo
que sucedió fue que la gente se enfocaba y se encomendaba más a los ángeles que
al mismo Dios y entonces la
Iglesia Católica al ver tal situación en el año 343 d.C.
prohíbe su culto.
Estamos en un cierre de era, que muchos lo ven de una forma
apocalíptica, pero no es así, como lo dije es un cambio de era, de conciencia,
momento de ser mejores seres humanos y no verlo como un fin de un todo, porque
no hay tal fin, somos seres en evolución simplemente.
Y es por eso que los ángeles se han esforzado en volver a
hacerse presentes entre nosotros (aunque siempre lo han estado), para
incrementar fuerzas, demostrarnos que están con nosotros para cumplir con éxito
el cambio a la siguiente era...
Así que es buen momento para iniciar o seguir haciéndolos
presentes en nuestras vidas porque ellos lo hacen y vigilan cada paso que damos
y cuentan cada lágrima de tristeza o alegría que derramamos. A
pedirles, que ellos están ansiosos por escucharnos y ayudarnos, que una
trompeta más suena en el cosmos cada vez que un ser humano voltea hacia arriba
buscándolos!
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